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por Iglesia Lakewood
Wednesday, March 29, 2023
La Biblia nos cuenta la historia de diez hombres que buscan a Jesús porque necesitan ayuda. Esos hombres estaban enfermos de lepra y no tenían esperanza alguna en conseguir sanidad física. Sin embargo, escucharon de Jesús y salieron a su encuentro:
Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, gritando:
—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros! Lucas 17:12-13 NTV
Cada uno de nosotros ha vivido, o vivirá, un momento en el que se dará cuenta de que la única solución posible está en las manos de Jesús, y correremos a Él con el conocimiento de que no solo puede, sino que quiere ayudarnos. El pasaje continúa:
Jesús los miró y dijo:
—Vayan y preséntense a los sacerdotes.[b]
Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra. Lucas 17:14 NTV
Jesús lo hizo entonces, pero también lo hace ahora. Así lo ha hecho con muchos de nosotros, pero ¿cómo hemos respondido a ese milagro?
Muchos responden con alegría, con sorpresa, pero siguen el camino de sus vidas al igual que antes. Admiran la obra de Jesús más no se quedan a sus píes, viven el evento sin ser transformados. Otros, solo algunos, responderán cómo uno de los diez hombres:
Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano. Lucas 17:15 NTV
Sólo uno de ellos regresó y agradeció. Sólo uno de ellos cayó a los píes del maestro. Cabría especular que, sólo uno de ellos permitió que ese evento fuera el comienzo de una transformación permanente, el inicio de una nueva vida.
Te animamos a que seas de los que regresa y agradece, de los que aunque llegaron a Jesús por una necesidad, al conocerlo, se quedan con Él no por lo que puede hacer, sino por quien es.